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miércoles, 18 de mayo de 2011

Los Trastornos de la Personalidad Parte II

Lo prometido es deuda, a continuación la segunda parte de los Trastornos de la Personalidad:

  • Narcisista: Comportamiento o fantasía de grandiosidad, lo que se manifiesta en la falta de empatía, necesidad de sentirse admirado, incapacidad de ver otros puntos de vista e hipersensibilidad a las opiniones externas. José Luis Cuevas es un típico ejemplo, y tambien lo son Hugo Chávez, Fidel Castro y Francisco Franco; de hecho, todos los dictadores son grandes narcisistas.
El siguente es un video que explica mas detalladamente este trastorno:


  • Obsesivo compulsivo: Se caracteriza por un sentido de perfeccionismo, inflexibilidad, preocupación y ansiedad, cuando no tiene el control absoluto en su entorno, tanto el pensamiento como en la acción. Aquí podrían mencionarse algunos obsesivos-compulsivos como Adrián Monk, el de la serie Monk; Jack Nicholson como Melvin Udall en As good as a it gets (1997); Jerry Seinfeld, Montgomery Burns y, de la vida real, Howard Hughes.

Aqui les dejo un video que explica y da ejemplos acerca del TOC:

  • Paranoide: Desconfianza excesiva hacia los demás que llega, incluso, a la creencia de daño, explotación, engaño, traición, intenciones ocultas y rencor de otras personas hacia uno mismo sin razón lógica observable. Jaime Maussan y Pedro Ferriz podrían ser personalidades con paranoia; pero con seguridad lo son los personaje de Ralph Finnes en Spider (2002) y Trevor Reznik, interpretado por Christian Bale en El maquinista (2004).

El siguiente es un video que contiene los crietrios diagnostico para este trastorno:


  • Esquizoide: Se caracteriza principalmente porque tiene una respuesta emocional limitada y le cuesta trabajo tanto experimentar emociones como expresarlas. Esto se manifiesta, entre otras cosas, en indiferencia a las relaciones sociales. Albert Einstein, Bobby Fischer –el campeón de ajedrez- y muchos otros científicos locos, entre ellos Bill Gates, son buenos ejemplos.

El siguiente es un video con las criterios diagnosticos para el Trastorno de la personalidad esquizoide seg[un el DSM-IV:

  • Esquizopático: Tiene creencias peculiares y es extravagante tanto en la apariencia como en el comportamiento, el estilo de vida y el pensamiento. Aquí mencionare a Michael Jackson –confieso que fue difícil ubicarlo en uno solo- , Woody Allen y Oscar Wilde.
 Aqui un ejemplo de este trastorno, un poco exagerado, pero se acerca a la realidad:


En un estudio reciente, Sam Vaknin (Malignant Self-love: Narcissism Revisted, 2005) propone que las personas con trastornos de la personalidad muestran algunos comportamientos comunes, independientemente de sus manifestaciones o tipos particulares. Algunas de estas características son:
 

  • Egoísmo y falta de empatía: pensamiento dirigido a solo las necesidades personales: <<yo primero, yo al último>>. 
  • Falta de responsabilidad: siempre creen ser víctimas de otros, de la sociedad y del universo.
  • Infelicidad: depresión o ansiedad causada por el trastorno.
  • Inestabilidad social: intentan influir en el mundo externo para cubrir necesidades.
Las opiniones dentro de la psiquiatría y psicología –y todos los modelos terapéuticos que pueden existir- están divididos respecto a la posibilidad de curar estos trastornos. Se cree que los psicofármacos y los procesos terapéuticos pueden resultar positivos e influir en el patrón de conducta y control del individuo sobre este; sin embargo, su eficacia no está garantizada. La “curación”, además, puede depender en buena medida del compromiso de la persona por tener una mejor calidad de vida y procurársela a las personas más cercanas.

Tambien se debe entender que no sería sano hablar de los trastornos de la personalidad sin hablar de la salud mental. Y este concepto –que puede ser muy polémico- nos lleva al otro extremo de la cuerda: ¿Qué sería la locura sin la cordura? 

Deacuerdo con el Instituto para la Terapia Individual y Familiar de Maryland (The characteristics of emotional maturity), la madurez emocional consiste en tener la habilidad para:

  •   Experimentar, entender y expresar sentimientos profundos y necesidades de manera constructiva. Tolerar sentimientos intensos y procurar un contexto para expresarlos. Esto es lo opuesto de lo que se conoce como Acting out.
  •   Actuar y reaccionar mediante los eventos de la vida con inteligencia, sentido común y sabiduría. Esto es lo opuesto a la actuación impulsiva e irresponsable.
  •  Reconocer, mostrar empatía y respetar los sentimientos y necesidades de los demás. Esto es lo opuesto al egoísmo y a centrar la atención exclusivamente en las necesidades personales.
  •   Retrasar la satisfacción inmediata de nuestras necesidades. Esto es lo opuesto a la satisfacción inmediata de impulsos sin entender las consecuencias.
  •   Amar y visualizar las necesidades, sentimientos, seguridad y supervivencia del otro como los propios.
  •  Ser flexible y creativo en las etapas del cambio de la vida. Esto es lo opuesto a reaccionar rígidamente o inapropiadamente a los cambios naturales o sorpresivos.
  •   Canalizar nuestra energía –positiva y negativa- a cosas constructivas en las diferentes áreas de la vida.
  •   Hacernos responsables de nuestras decisiones, aprender de los errores y experiencias. Esto es lo opuesto a culpar a otros y tener sentimientos y actitudes de víctima.
  •   Relacionarnos con los demás en términos de respeto e independencia. Mantener vínculos permanentes de amistad o amor. Es decir, lo contrario a la dependencia y el control sobre los otros.
Únicamente tendríamos que pensar, querido lector, ¿de qué lado estamos la mayor parte del tiempo? 


Fuente: Revista Algarabía núm. 42.Rodriguez, K. Trastornos de la personalidad.

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